domingo, 14 de junio de 2009

¿Qué es la visión y cuál es su importancia en el desarrollo humano?




Organismos internacionales como la OMS conciben la discapacidad como: "Cualquier restricción o carencia (resultado de una deficiencia) de la capacidad de realizar una actividad en la misma forma o grado que se considera normal para un ser humano. Se refiere a actividades complejas e integradas que se esperan de las personas o del cuerpo en conjunto, como pueden ser las representadas por tareas, aptitudes y conductas.".
Desde un aspecto descriptivo se puede precisar entonces, que la discapacidad visual es la carencia, disminución o defectos de la visión.


La vista es el sentido más objetivo y complicado que nos proporciona información específica y detallada del mundo que nos rodea, registrando en línea posición, distancia, color, forma y tamaño. Sin embargo, la visión no funciona aisladamente, sino que, psicológica y evolutivamente está estrechamente vinculada a otras actividades sensoriales, específicamente con el tacto y la kinestesia. Es por ello, que la ceguera es algo más que el empobrecimiento o carencia de un sentido. Si data del nacimiento o de la primera infancia, afecta drásticamente toda la vida mental del individuo, viéndose alterado el complejo total del crecimiento. (Ochaita, 1983).

Desde niños todos aprendemos a experimentar y a conocer a través de nuestros sentidos. “La visión es uno de los 5 sentidos tradicionales [...] La Visión es el sentido más importante porque el 80% de la información que recibimos entra a través de los ojos; no sólo las imágenes sino también todas las sensaciones que les acompañan" (López-Ibor, Juan (2005). De este modo, se entiende que el sistema visual es uno de los sentidos encargados de procesar la información proveniente del exterior y por tanto si existiese una disminución sensorial, se vería afectada la construcción de procesos cognitivos y el desarrollo de la persona.

La visión no ocurre sólo en los ojos. Los ojos son sólo la parte más externa de una “compleja maquinaria”. Ellos sólo se encargan de recibir la imagen de un objeto; es una labor muy importante, pero no sólo debido a ellos vemos. Luego esa imagen y toda la información que la rodea, siguen un proceso hasta llegar al cerebro y es allí donde procesamos, identificamos, entendemos, memorizamos, recordamos, aprendemos y respondemos a toda la información visual que recibimos (Ulbrich, 1987).

De acuerdo a lo anterior, se identifican distintos aspectos visuales relacionados con alguna alteración, como por ejemplo:


- Agudeza visual: va referida a la habilidad para discriminar objetos a distancia determinada por el tamaño y la distancia de la imagen respecto de nuestra retina. Para su medición, son bastante conocidos los carteles de letras o signos con el objetivo de tomar mediciones en torno a 5 metros.
- El campo visual: hace alusión a todo el espacio que el ojo, estando en reposo, puede percibir cuando enfoca un objeto, pudiéndose distinguir entre campo visual central y periférico.
- El cromatismo visual: posibilidad de diferenciar colores.
- La sensibilidad al contraste: pone de manifiesto la discriminación entre figura y fondo.
- La acomodación: se refiere a la capacidad de enfoque por parte del cristalino.
- La adaptación/regulación a la luz-oscuridad: permite la visión tanto con luz como en penumbra, o incluso en la oscuridad.
- La visión binocular: facilita el obtener una misma imagen con los dos ojos, pero desde distintos ángulo, imprescindible para medir distancias y la visión tridimensional (Bautista, 2002).

De esta manera, se define un estado de buena salud visual cuando este sistema realiza sus funciones básicas de: agudeza visual, adaptación a la oscuridad, visión de colores, visión periférica y motilidad ocular de manera óptima, sin evidencia de enfermedad. En cambio los deterioros visuales son aquellos daños que limitan uno o más de las funciones básicas del sistema visual (López-Ibor, 2005).



Por otra parte la OMS clasifica las deficiencias visuales según los grados de la discapacidad, dependiendo de la agudeza visual, de la siguiente manera:

Grado Agudeza visual corregida en el mejor ojo:
0 20/20 – 20/60 Normal
1 <20/60>
2 <20/200>
3 – 5 <20/400>
En cuanto a la limitación del campo visual toda persona con un campo visual no mayor de 10 grados desde la fijación es legalmente ciega (López-Ibor, 2005). El estado óptico es la propiedad que tiene el sistema visual de permitir a la luz tener uno o varios puntos de focalización. Para comprender los estados ópticos del ojo, es necesario aclarar los siguientes términos y conceptos:


EMETROPIA: Cuando la luz proveniente del infinito (que se puede asumir desde seis metros en adelante) entra al sistema óptico visual y se focaliza en la retina, cuando la persona tiene su sistema de acomodación en reposo.
AMETROPIA: Cuando la luz entra al sistema óptico y se focaliza en uno o varios planos diferentes al plano de la retina. Como ametropías se encuentran las siguientes alteraciones refractivas: Miopía, Hipermetropía, Astigmatismo.
PRESBICIA: Cuando la persona como consecuencia de la perdida de elasticidad del cristalino, que se presenta a medida que se va avanzando en edad, presenta dificultad para enfocar nítidamente la imágenes que están ubicadas cerca (30 a 50 cm.) (Bautista, 2002).

Etiología.



Las causas de la deficiencia visual son diversas, en función del proceso que se vea implicado y del origen de la lesión. Así podemos clasificarlas en:

Enfermedades Visuales de Origen Hereditario: Miopía degenerativa (progresiva degeneración de la agudeza visual), albinismo (carencia total o parcial del pigmento), acromatopsia (ceguera para los colores), aniridia (iris infradesarrollado o ausente), retinoblastoma (tumor de la retina que afecta bilateralmente, sin tratamiento), retinitis pigmentaria (degeneración pigmentaria de la retina), etc. (Deutsch Smith, 2003).

Deficiencias Oculares de Origen Congénito o Malformaciones Oculares:
- Distrofia Endotelial: enfermedades que afectan la capa clara externa del globo ocular conocida como la córnea.
- Glaucoma congénito: Hay un desarrollo defectuoso de las vías de salida del humor acuoso. En las primeras semanas o meses de la vida se va a presentar lagrimeo y el niño no es capaz de mantener los ojos abiertos cuando hay luz (fotofobia). La córnea pierde transparencia y se ve blanquecina (Deutsch Smith, 2003). Simultáneamente, el ojo, como consecuencia del aumento de presión en su interior, va aumentando de tamaño. Hay que tener especial cuidado con los niños que tienen los ojos mucho más grandes que el resto de los niños de su misma edad, especialmente si les molesta mucho la luz.
- Cataratas congénitas: son aquellas opacidades del cristalino que se presentan en los tres primeros meses de vida. Se consideran las anormalidades oculares más comunes y suponen una causa importante de deterioro visual en la niñez.

Deficiencias Oculares de Origen Adquirido:
- Traumatismos:
cuerpo extraño, quemaduras, accidentes de tráfico, juegos, piscinas, parto, por vicios de refracción: Miopía.
- Por afecciones oculares: Glaucoma, desprendimiento de retina, vueítis, albinismo.
- Por enfermedades infecciosas: Sífilis, varicela, rubéola, meningitis, toxoplasmosis, viruela.
- Por enfermedades No infecciosas: Diabetes, hipertensión, tumores, intoxicaciones (López-Ibor, 2005).


· Defectos visuales más comunes:

- Ceguera: Pérdida de visión 1/10 ó 3/10 y/o reducción del campo visual - 10 grados.
- Ambliopía: Persona con resto visual útil por debajo de los criterios legales de ceguera y que por lo tanto son ciegos legales, aunque no funcionales. La agudeza visual útil tiene que sobrepasar - Hipermetropía: La imagen se forma detrás de la retina. Produce fatiga visual, cefaleas, na
- Miopía: La imagen se forma en el plano anterior de la retina. Produce visión próxima buena y borrosa lejana.
- Astigmatismo: Error de refracción producido por la alteración de la cornea, del cristalino o retina. Produce picor de ojos, cefalea, lagrimeo, alteración de la visión, dolor ocular.
- Estrabismo: Desviación ocular, pérdida de la visión binocular, imposibilidad de la fusión de imágenes de ambos ojos.
- Daltonismo: Ceguera a determinados colores. (Deutsch Smith, 2003).

Características psicológicas de los sujetos con déficit visual


Desde el comienzo existe en la conducta visual un componente motriz, lo que el niño ve depende de lo que hace. Las impresiones visuales facilitan focos y señales para fijar la atención, sin embargo el conocimiento infantil del mundo físico se construye sobre adaptaciones dinámicas del organismo, como sistema de reacción motriz.
Lo anterior nos informa del curso normal del desarrollo de la visión, sirve para mostrar lo profundo que deben ser las modificaciones psicopáticas producidas por defectos visuales, dado que toda la vida perceptual y emocional está involucrada (Marchesi, 2005).

Durante la primera infancia el desarrollo cognitivo y psicomotor de los niños ciegos queda bastante afectado, en el período sensoriomotor el déficit visual plantea carencias importantes (Ochaita, 1983). El desarrollo de esta etapa está basado en la inteligencia práctica, en la percepción de de sensaciones del entorno y su interrelación con él a través de los primeros movimientos. Hasta los cuatro meses, la falta de visión no es aún un factor determinante. El bebé sigue un ritmo de desarrollo normal, ejercitando los reflejos propios e innatos, con excepción de la respuesta refleja a estímulos luminosos. Adquiere las primeras habilidades, centradas en el dominio de su propio cuerpo, como pueden ser la succión y la presión de los objetos que están en contacto con su cuerpo. Todavía no establece relaciones totales con el exterior (Pérez Pereira, 1991).

Además, en los bebés ciegos ocurre un considerable retraso, debido a que la coordinación audio manual es más dificultosa y por lo tanto más lenta en su adquisición. Por ello, le resultará más difícil adquirir la noción de permanencia de objetos. Para él, un objeto deja de existir en el momento en que pierde su contacto o deja de percibir su sonido (Leonhardt, 1992). En la etapa preoperatoria, a partir de los dos años, el niño ciego si ha adquirido la noción de permanencia de los objetos, empieza a ser capaz de efectuar representaciones de cosas, aunque lejos del total desarrollo del pensamiento representativo que llegará con la adolescencia. Este importante logro viene muy determinado, en el caso de los niños ciegos, por el adecuado desarrollo del lenguaje, como mediador entre el objeto y su representación (Ochaita, 1983).
En cuanto a la adquisición de las operaciones concretas (6 a 11 años), los niños ciegos sufren un retraso con respecto a los niños videntes. Esto quiere decir, que presentan un mayor desfase en tareas de tipo figurativo-perceptivo, que en aquellas de carácter lingüístico. La causa del mayor retraso en las tareas mencionadas se debe a la modalidad sensorial utilizada por el niño ciego para recoger información: la percepción táctil y háptica. Esta modalidad perceptiva no le permite alcanzar una igualdad con los videntes hasta los once o catorce años en cuanto a tareas relacionadas con operaciones concretas (Marchesi, 2005).

Cabe destacar que una alteración en la visión puede obstruir u obstaculizar también el contacto social con el mundo que lo rodea, dado que ésta es un sentido social como intelectual. El niño vive en un mundo de vacío visual que constantemente lo introvierte, característica que aumenta a medida que madura. El desarrollo de su personalidad peligra mucho más que su intelectualidad. El niño nace con hambre visual (Deutsch, 2003).

“En los primeros meses mirar constituye la mitad de la vida. Antes de la cuarta semana, el niño con la vista sigue un objeto en movimiento a lo largo de un arco de 90 grados. A las 12 semanas lo sigue con cierta habilidad hasta los 180 grados. A las 16 semanas tiene un excelente dominio sobre su aparato visual y puede girar la cabeza libremente de derecha a izquierda hasta descubrir la bolita sobre la mesa”
(Gesell, 1946).

Retomando las características que afectan a las habilidades sociales, la información visual juega un papel importante para interactuar adecuadamente con los iguales. El aprendizaje de este tipo de habilidades comienza en la primera infancia y se desarrolla mayoritariamente a lo largo de la etapa preescolar y escolar (Bairt et al., 1997.en Deutsch, 2003).
En concordancia con lo anterior, los niños aprenden a mantener el contacto ocular y a sonreír. Además aprenden a jugar en grupo, a resolver conflictos, a llamar la atención de sus pares y a establecer vínculos y relaciones con otras personas. Mientras que los videntes no necesitan entrenamiento para desarrollar estas capacidades, los niños ciegos o con problemas visuales tienen que recibir una instrucción muy precisa y sistemática (Heller et al., 1996 en Deutsch, 2003).
También, muchos niños ciegos y con baja visión no comprenden las interacciones sociales, ya que no pueden verlas y observarlas. Por lo mismo son menos asertivos que el resto de sus pares videntes, lo cual perjudica en cierta medida el desarrollo de determinados intercambios sociales (buhrow et al., 1998 en Deutsch). Por lo tanto, estos sujetos no logran establecer relaciones sociales de manera espontánea debido a las carencias de éstas habilidades.

• Desarrollo lingüístico de los sujetos con déficit visual



Muchas investigaciones señalan que hay diferentes aspectos relacionados con el desarrollo lingüístico de los ciegos como: el desarrollo léxico semántico, el lenguaje con que los adultos se dirigen a los niños con alteraciones visuales, el uso de pronombres personales, el uso del lenguaje para dar información del medio externo, deseos propios u el estilo que utilizan los ciegos para dar información a personas sin alteración visual. Sin embargo no se presenta ninguna diferencia entre niños ciegos y niños videntes en relación a las primeras palabras que logran decir, así como el niño vidente logra decir 10 palabras a cierta edad, el niño ciego también logra esa capacidad, en él no se encuentra ninguna dificultad en ese ámbito (Alcalá, García, 1986).

Así mismo los niños con déficit visual utilizan en mayor cantidad nombres específicos y palabras que generen acción, un menor número de nombres generales y no utilizan palabras en función de algo (Pérez Pereira, 1991).

En las primeras etapas, el niño ciego suele utilizar un lenguaje verbalista, esto se refiere a que, a menudo utilizan palabras sin saber su significado. Suelen utilizar demasiadas palabras para referirse a sus acciones y junto a esto las acompañan otras características del lenguaje, por lo que se señala que el niño ciego utiliza un lenguaje egocéntrico (Pérez Pereira, 1991).

Las primeras palabras de un niño ciego se refieren, mayormente, a objetos o también a sus propias acciones, pero demoran un tiempo más en reconocer y describir las acciones que los sujetos videntes (Pérez Pereira, 1991).

La falta de visión en las primeras etapas del niño dificulta y retrasa la intención de comunicar el lenguaje. La adquisición del lenguaje en los niños invidentes, indica que éste cumple una función muy importante en el desarrollo de los niños ciegos. En ausencia de los gestos que las personas videntes logran captar de el exterior, los invidentes pueden utilizar sus primeras emisiones verbales para demandar objetos y para iniciar conversación con el adulto. La audición puede sustituir a lo visual en la construcción de los primeros significados de los niños ciegos (Pérez Pereira, 1991).


El niño ciego construye vías alternativas a las visuales para relacionarse con las personas, de esta manera demuestra su afecto hacia ellas, también crea las primeras formas de comunicación, siempre que los adultos sean capaces de entender y responder a esas formas de comunicación no visuales. No se puede dejar de lado las dificultades que el niño tiene en ausencia de la visión, por lo tanto es necesario que el adulto establezca comunicación preverbal y verbal lo antes posible para enseñarle los objetos que están a su alrededor, convirtiéndose los adultos en una importante herramienta para facilitar el desarrollo lingüístico de estos sujetos. En consecuencia, la falta de visión restringe y limita al niño ciego en la percepción de sus propias acciones, un vocabulario temprano del niño ciego puede proporcionar información sobre su realidad y sobre las cosas que considera más importante (Pérez Pereira, 1991).

Las primeras palabras de todos los niños se relaciona con sus experiencias perceptivas del entorno, pero en el que es ciego estas experiencias se reducen. Para adquirir una información espacial requiere de una exploración secuencial, una reconstrucción y síntesis. Así el lenguaje del niño se centra más en sí mismo y no se orienta, hacia el medio o hacia experiencias que son ajenas para él. La ceguera total demora aun más la comprensión de objetos y del espacio, pero no la adquisición de las primeras palabras. Algo de visión, aunque sea muy poca, logra estimular el desarrollo de conceptos y la relación con su entorno social (Pérez Pereira, 1991).

La adquisición del lenguaje es uno de los aspectos psicológicos principales. No solo el lenguaje es una capacidad específicamente humana sino también el que se trate de una actividad psicológica cuyo resultado es evidente, también es una de las razones que han determinado el interés por la adquisición del lenguaje en los niños ciegos. Bajo la aparente simplicidad del desarrollo del lenguaje se esconde una enorme complejidad en la cual hay múltiples aspectos que interactúan y que son relevantes en el desarrollo y aprendizaje de los sujetos videntes y no videntes (Abuchedid, Fernández, Pfurr, 2005).

Características de aprendizaje en los niños deficientes visuales.

Tener una buena visión es crucial para el desarrollo general de la vida de una persona, y es la herramienta más importante para que un niño tenga éxito en la escuela. Si la visión falla, falla también el rendimiento escolar del niño y el laboral del adulto. Son muchas las actividades visuales que realizamos diariamente como leer, escribir, dibujar, pintar, construir, calcular, relacionarse con gente, entre otras. Constantemente estamos recibiendo información visual y de toda ella se van creando experiencias, que pueden ser mejores o peores según la calidad de la información que se recibe. “Por eso, es muy importante que el sistema visual sea eficaz, dado que afecta al aprendizaje y además al comportamiento. En el caso de la lectura el 100% de la información que entra es puramente visual.” (Gesell, 1946).

Actualmente, en España el Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas (CNOO) y en EEUU el COVD (College of Optometrists in Visión Development) estiman que: el 25% de los niños en edad escolar, tiene problemas visuales sin diagnosticar, que pueden afectar a su capacidad de aprender; (CNOO) (COVD), el 70% de niños que tienen problemas de aprendizaje en la lectura tienen algún tipo de problema visual (COVD); y alrededor el 30% del fracaso escolar está relacionado con anomalías visuales (CNOO).Como ejemplo, Un niño que presente algún tipo discapacidad visual creerá que todo el mundo ve igual que él; por lo mismo, no dirá que ve mal porque piensa que eso es normal. Por tanto, son los padres y profesores quienes tienen que sospechar o reconocer si un niño tiene algún problema visual. El descubrimiento y tratamiento precoz, antes o durante la edad escolar, puede evitar no sólo futuros problemas académicos, sino también emocionales y sociales en el niño.

Se ha dedicado muy poco esfuerzo en el estudio de aspectos tan decisivos en el desarrollo del ser humano como son las relaciones sociales, las interacciones con los compañeros y con los adultos, la evolución de la personalidad, o las motivaciones de los niños tanto dentro como fuera de la escuela. En consecuencia, es necesario tomar en cuenta el estudio de las características cognitivas de los escolares ciegos y deficientes visuales.
Casi la totalidad de las investigaciones realizadas sobre el desarrollo cognitivo y el aprendizaje de los niños deficientes visuales en el período escolar, toman como referencia la teoría de Piaget, que defiende la existencia de una secuencia universal de desarrollo, que se produce a lo largo de tres grandes períodos o estadios: sensoriomotor, operaciones concretas y operaciones formales. Por otra parte, en esta teoría del desarrollo, los orígenes de la inteligencia no están en la interacción ni en el lenguaje, sino en las acciones sensoriomotoras que el niño lleva a cabo con los objetos desde las primeras etapas de su vida.
El análisis realizado hasta ahora sobre las primeras etapas de la vida del niño ciego pone de manifiesto, por una parte, que la ausencia o deterioro del canal de recogida de la información visual no impide la formación de esquemas sensoriomotores. Ciertamente, para un bebé ciego resulta más costoso que para uno vidente, sin embargo, a pesar de las dificultades, el niño terminará por conocer esos objetos y ese espacio mediante los sistemas sensoriales que dispone y, sin duda, llegará a construir imágenes de dichos objetos. Por otra parte, se ha comprobado que el bebé ciego dispone de vías alternativas a las visuales para relacionarse con las personas, demostrar su "afecto" hacia ellas, así como establecer las primeras formas de comunicación. Desde luego, no hay que olvidar las dificultades que el niño tiene en ausencia de la visión para establecer comunicación preverbal y verbal con los adultos sobre los objetos. Estas dificultades derivan, por un lado, del hecho de tener que conocer los objetos mediante sistemas sensoriales distintos a la visión y, por otro, de la dificultad que para el niño representa el encontrar gestos alternativos a la señalización visual que sean entendidos por sus familias. Precisamente, los trabajos sobre el desarrollo cognitivo de los niños con deficiencias visuales en la llamada etapa de las "operaciones concretas" también pueden utilizar rutas distintas para resolver las tareas propias de este período con la misma eficiencia que los videntes (Alcalá, 1986).

· El alumno con deficiencia visual grave en el aula ordinaria.


Las características del aula que habitualmente son necesarias para la atención a las personas con deficiencias visuales son:

* Un espacio donde desarrollarse.
* La garantía de que el alumno/a será informado de los cambios introducidos en la organización espacial por pequeños que estos sean.
* La adaptación del material a sus necesidades.
* El sustento técnico que requiera el programa del aula.

Uno de los elementos más importantes en el proceso educativo es la relación que establece el alumno/a con el profesorado, así como el resto de compañeros del grupo. Las actitudes a potenciar en el profesor/a frente a personas con deficiencia visual:

* El adulto debe evitar el miedo a relacionarse con el deficiente visual a través de una correcta información.
* Usar las palabras del vocabulario habitual que tienen referencia con la visión de forma natural y cuando la situación lo requiera.
* Cuando nos presentamos identificarnos de forma inequívoca o bien dar opción a que ella nos pregunte.
* Al dirigirnos a una persona deficiente visual lo haremos de manera que esté segura de que nos dirigimos a ella y hacerle notar el final de la conversación para que no se quede hablando sola. * No dejar de utilizar gestos y expresiones que se usan habitualmente.
* No dejarse llevar por la dinámica de la persona con ceguera, y por compasión o paternalismo dejar que sea ella la que marque siempre las pautas.
* En el caso de alumnos con deficiencia visual grave motivarlo para que use la visión, ayudarle a vivir con su deficiencia, enseñarle lo que los demás ven, centrar al alumno con respecto al objeto que desea ver y tener en cuenta que siempre será más lento al realizar las tareas, especialmente la escritura y la lectura comprensiva (Suaréz, 1995).